Ejercicio de Trabajo con PNL y Mentores Internos

 

Esteban Cuellar

Esteban Cuéllar Hansen

Director

Es necesario predicar con el ejemplo.

Una madre estaba preocupada porque su hijo diabético comía mucho azúcar aunque fuese malo para su salud lo llevó ante Gandhi para pedirle que le dijese a su hijo que dejara por completo de tomar azúcar. Gandhi les dijo que regresaran pasadas tres semanas. Transcurrido el tiempo prescrito, la mujer se presentó de nuevo ante Gandhi acompañada de su hijo.

Entonces, el maestro le dijo al niño:

– ¡No comas azúcar!.

Perpleja, la mujer le dijo:

Gandhi-ji, me costó tres días venir desde mi pueblo aquí la primera vez. Otros tres regresar a casa. Y ahora lo mismo. ¿Por qué no le dijiste a mi hijo hace tres semanas que dejara de comer azúcar?

A lo que Gandhi respondió:

Hace tres semanas a mí me encantaba el azúcar y comía mucho. Para poderle decir a tu hijo que no lo comiera más tuve que dejar de comerlo yo antes.

Una derivación práctica para entender el autoentrenamiento o selfcoaching es lo que yo denomino mentores internos.

En la capacidad de poder utilizar recursos ajenos para poder afianzar tus preguntas y dudas para ampliar tu perspectiva sobre una situación.

Cuando tú te entrenas a ti mismo/a viene bien hacer uso del modelado de personas que tú conoces o has estudiado y que ya tienen los resultados que tu quieres.

Ejercicio con Mentores Internos

¿Cómo utilizar el Modelado para tener tus propios Mentores internos?

Ahora que ya tienes unas nociones sobre cómo funciona el modelado te voy a proponer un ejercicio que a mí me ha ido muy bien. Se trata de buscar tres, cuatro o cinco personas a las que tú admires y que ya tengan los resultados que tú quieres. Ya sea en los negocios, la salud, en tu trabajo o en el área que tu elijas. Puedes elegir un modelo para cada una de las áreas.

Ejercicio.

Siéntate cómodamente en tu sillón. En un lugar en el que puedas estar tranquilo durante veinte minutos o media hora.

También lo puedes hacer cuando te acuestes antes de dormirte.

A medida que empiezas a respirar más despacio, relajas tu cuerpo y prestas atención a como entra y sale el aire de tus pulmones.

Chequeas que todas las partes de tu cuerpo para que estén relajadas y confortables.

Luego dejas que en tu imaginación aparezca un lugar, una sala o un espacio de la naturaleza donde tu mente haya elegido. Y permites que vayan apareciendo todos tus modelos, uno a uno.

Recuerdo que en 2009 yo me reunía con: Richard Bandler, Toni Nadal, Toni Robbins, Gandhi, y un par más, pero básicamente estos. En una especie de cueva con sillas de piedra, como en un círculo de poder. Entonces yo sacaba un tema que me preocupara y cada uno me daba su opinión. Actualmente sigo reuniéndome con ellos cuando necesito contrastar alguna opinión o decisión.

Empiezas a observarles y a sentir su presencia.

Y siendo tú el moderador, planteas una conversación con respecto a algún tema que sea de tu interés. O sobre su opinión sobre algo que te haya sucedido para lo que tú, tal vez, hubieras necesitado más recursos.

Les observas interactuar, les escuchas e intentas ponerte en segunda posición con cada uno de ellos (poniéndote en su piel), escuchando y pensando como cada uno de tus modelos, escuchando desde el punto de vista del otro.

Respirando como ellos respiran, moviendo el cuerpo de la misma manera y sintiendo lo que sientes mientras estás ahí inmerso en la experiencia de ser ellos y sus opiniones.

Y dejas que se vaya creando un diálogo y una discusión.

Intenta fingir sus risas, reírte como ellos te dará mucha información.

Experimenta, obsérvate a ti mismo desde alguno de ellos. Sal flotando hasta el techo y mira todo el conjunto como si estuvieras mirando desde arriba.

Experimenta todo lo que fluye de la sabiduría de tu inconsciente.

Intenta imaginar todos los planos e imágenes posibles.

Y sentir lo que sientes siendo cada uno de ello.

Finalmente, cuando sea tu momento, permítete entender los símbolos, los mensajes, las sensaciones que han brotado de tu sabiduría natural, y poco a poco ve despidiéndote.

Empieza moviendo la cabeza, los brazos, el tronco y las piernas.

Sal de ese estado.

Anota las conclusiones en un papel.

Si te ha venido a la mente algún símbolo o alguna imagen puedes dibujarla para capturar la esencia de la reunión y poder integrar los mensajes en lo más profundo de ti mismo/a.

Ahora ponte manos a la obra y hazlo por segunda vez ya que mientras lo leías ya lo hiciste con tu imaginación.

O lo que yo te recomiendo.

Aprende el guión y luego vete al sillón y ejecuta los pasos.

Y tranquilo que los molinos no se te van a convertir en gigantes.
¡Hacer estas cosas no es raro, es natural!: Se llama Inteligencia.

¡Disfruta y experimenta con tu cerebro!.